El papa Francisco y los niños palestinos refugiados
En la que fue su última actividad oficial en Belén, el papa Francisco visitó el campo de refugiados palestinos Dheisheh, donde mantuvo un inesperado diálogo con un grupo de jóvenes que, antes de dedicarle una canción y entregarle un regalo, le hizo saber los reclamos de su pueblo.
Cuando el Papa esperaba que los pequeños le cantaran una canción, un pequeño se levantó de su silla y ofreció un breve discurso mediante el cual reafirmó los reclamos del pueblo palestino.
«Somos hijos de una generación que abrió los ojos bajo la ocupación. Queremos decirle al mundo que deseamos que se termine el sufrimiento. Queremos una vida en paz», pidió el joven palestino, ante la atenta mirada del Sumo Pontífice.
Luego de esas palabras, el menor habló en italiano para presentar el primer obsequio: «Le regalamos una canción de los chicos del campamento que habla de la paz y del amor».
Tras la emotiva interpretación de los niños, Su Santidad agradeció el tema musical y le habló el representante del grupo de palestinos: «Agradezco las palabras que dijiste en nombre de todos. Leí los mensajes de los carteles. Entendí los que estaban en inglés y me tradujeron los escritos en árabes. Comprendo el mensaje que me están dando».
Sin embargo, antes de despedirse, Francisco les pidió a los pequeños que no vivan atados al pasado y les indicó que «la violencia no se vence con la violencia. La violencia se vence con la paz». Fue todo. Luego sólo hubo lugar para el pedido ya característico del Papa: «Pido a Dios que los bendiga y a ustedes les pido que recen por mí».