Cristina Kirchner resaltó, mediante un discurso por cadena nacional, el acuerdo al que suscribió el ministro de Economía Axel Kicillof con el Club de París . La jefa de Estado resaltó: «Es la primera vez que un país negocia con el Club de París sin la intervención del FMI».
La Presidenta habló por cadena nacional; «No somos, como dicen los buitres, deudores seriales. Ellos son depredadores seriales», lanzó la Presidenta.
«Finalmente, ayer, contra todos los pronósticos y todas las profecías, pudimos llegar a un acuerdo», señaló la jefa de Estado. «El Club de París es casi un invento argentino. Era un grupo de países que se constituyen como acreedores de la Argentina», recordó la Presidenta.
Cristina brindó detalles de cómo siguió las negociaciones que Kicillof llevó a cabo en París. «En la madrugada pudimos culminar exitosamente en París la negociación por la deuda. Estuve levantada hasta la 1.30 de la mañana. Eran las 6.30 en Francia de una reunión que había empezado a las 10 de la mañana», describió.
«No somos, como dicen los buitres, deudores seriales. Ellos son depredadores seriales», manifestó Cristina Kirchner.
Según el acuerdo que cerró Kicillof, Argentina le pagará al Club de París una deuda de 9700 millones de dólares en cinco años, con un desembolso inicial de US$ 650 millones en julio próximo y US$ 500 millones en mayo del 2015.
Recién a partir de 2016 empiezan a crecer los pagos por el Club de París que llegarán a poco más de u$s2.000 millones por año. Pero las necesidades de conseguir financiamiento en dólares se harán más acuciantes. No habrá margen para seguir utilizando al Banco Central.
El acuerdo con el Club de París, una noticia esperada por el mundo financiero, terminará de sepultar una máxima kirchnerista que se espantaba con la sola idea de tomar deuda en los mercados. Ahora, luego de reconocer el pago de u$s9.700 millones en los próximos cinco años, no habrá otro camino.
Los vencimientos de deuda en moneda dura (léase dólares, euros, etc.) de los próximos años no podrán ser sustentados por la caja del Banco Central. Ya no hay margen. Si bien este año será benévolo en términos de vencimientos (sin cupón PBI pero sumando los u$s650 millones en julio por el reciente acuerdo con el Club), en torno a u$s6.300 millones, para los próximos cinco años hasta el 2019 inclusive se vuelven un tema urticante.
Tomando los vencimientos desde el año próximo al 2020 inclusive, se percibe que la deuda en dólares o divisas promedia los u$s14.000 millones año tras año.
Los pagos de bonos en divisas pasan de los u$s6.300 millones este año, a u$s13.800 millones en 2015 (incluyendo los u$s500 millones del Club de París). O sea, más del doble. En 2016 el peso de los vencimientos con el Club de París se hacen más palpables: llegan a u$s2.100 millones. Ese año hay que pagar deuda en moneda dura por 17.400 millones de dólares.
La injerencia de los pagos al Club de París se mantienen en los próximos años hasta el 2019, insumiendo u$s2.000 millones por año. De esta manera, el pago al consorcio de países se transforma en una especie de Boden 12 (el emblemático del corralito bancario) que precisamente representaba pagos por esa magnitud año tras año.
Claro que en 2017 y 2018 no ceden demasiados los pagos de deuda. Hay que cancelar u$s15.400 millones y u$s12.300 millones, respectivamente. Como se dijo, los vencimientos por el acuerdo con el Club de París son los más onerosos sólo superados por lo que serían los pagos del cupón PBI (que dependen del crecimiento o no de la economía argentina).
Luego del vencimientos caen un poco en 2019 a casi u$s10.000 millones pero rápidamente repuntan en 2020 a 16.300 millones de dólares.
«Es fácil ver que la Argentina necesita acceso total a los mercados de capital para convertir sostenible la deuda. Los días de pago de deuda con reservas del BCRA han terminado», dice un reciente informe de Barclays Capital.
De todas maneras, precisamente la idea del equipo económico es la de volver a los mercados. Algo que por necesidad ahora sí tendrán que hacer. Despejado el nubarrón del Club de París, resta ahora el visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI) a las estadísticas públicas.
La frutilla del postre será el veredicto que la Corte Suprema de EEUU otorgue en junio. Una fallo desfavorable sepultaría el plan Axel Kicillof de volver a amigarse con el mundo financiero y lo enfrentaría a un potencial default. Pero, solucionar la deuda con el Club era un paso necesario (no suficiente) para volver a «pasar la gorra» en los mercados voluntarios de deuda.