Brasil no pudo con el arquero de México
Gran decepción dejó el 0 a 0 en Fortaleza. Todo estaba listo para una nueva fiesta del equipo brasileño pero esta vez no apareció Neymar, mucho menos Fred, el pesado delantero que aún no demuestra sus condiciones y tampoco la ayuda de los árbitros. La figura estelar de la jornada fue Guillermo Ochoa, el arquero mexicano.
Brasil tuvo más intenciones ofensivas que su rival que lo esperó sin miedo y con cinco defensores comandados por la experiencia y la categoría del líder Rafael Márquez. Sin embargo, en contra de toda lógica, la pelota en pies brasileros no recibió los mimos habituales y México pasó más de sesenta minutos de partido sin sufrimiento.
A pesar del resultado, Neymar mostró sus credenciales en un par de jugadas y se quedó con la garganta en seco únicamente porque Guillermo Ochoa le tapó un cabezazo y un zurdazo en forma espectacular. Además el arquero azteca tuvo otras tres tapadas sensacionales.
El equipo de Scolari abandona la ciudad de Fortaleza envuelto en dudas, con centrodelanteros(los titulares y los del banco) zapateros y con un Neymar que como Messi en el primer tiempo frente a Bosnia no encuentra compañeros para tirar una pared. Inesperadamente su clasificación corre riesgos, al menos su próximo rival es Camerún, hasta ahora uno de los equipos más flojos del Mundial. Igualmente la incógnita está presente: Brasil, el local, tiene chances de quedarse afuera en la primera ronda y pasar por una frustración aún mayor que la del Maracanazo de 1950.
Por su parte, México que llegó al Mundial por la ventana, se ilusiona con acceder a los octavos de final y está de fiesta. Respaldados por Ochoa y Márquez, se agrandaron y sobre el final hasta tuvieron chances de ganarle a Brasil. No pudieron pero igual con el empate hicieron historia.