Frigerio: «Necesitamos mucho volumen, mucho músculo político para afrontar los desafíos de la Argentina»

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El grupo Ayacucho pensado como un «laboratorio de ideas, consenso y formación hacia un país mejor», integrado por magister en Políticas Públicas de la Universidad Austral inició su «ciclo de intercambio de ideas con los principales referentes de la Argentina» con la entrevista al ex ministro del Interior Rogelio Frigerio. En Tucumán, el referente de este espacio, el ex legislador Silvio Bellomio participó de la conferencia on line y compartió con Quorum algunos de los tópicos y conclusiones del evento.

Frigerio abordó distintos temas consultados por los magister. Las principales manifestaciones del ex funcionario de Cambiemos fueron sobre los desafíos post pandemia, el consenso, la economía y los líderes políticos.

Desafíos post pandemia

«Los desafíos de Argentina no difieren demasiados de los que teníamos antes. Son los mismos desde hace cincuenta años, son los mismos que no pudimos superar. Sucede que se hacen más notorios ahora, se ponen en evidencia y ponen en evidencia la necesidad de generar acuerdos políticos para superarlos. Cuando uno busca comunes denominadores de los problemas que atraviesan al país en el último medio siglo, la dificultad para llegar acuerdos es sin duda el denominador común, la mayor parte de los problemas de Argentina no son solamente de quienes le toca gobernar sino de todos los argentinos. Tenemos que lograr acuerdos que sean incentivos para que la clase política ponga su capital político sobre la mesa para superarlos. Son momentos especiales el mundo atraviesa una situación inédita y Argentina aun mas. La dirigencia política tiene que estar a la altura de las circunstancias. Hay que aprovechar la oportunidad, el oficialismo es el que tiene la mayor responsabilidad pero la oposición tiene su responsabilidad. Yo estoy trabajando desde el llano para lograrlos», expreso Frigerio.

Consenso

«La Argentina no se va arreglar sino construimos los puentes y después los transitamos entre los que están en diferentes espacios políticos. Necesitamos mucho volumen, mucho músculo político para afrontar los desafíos de las transformaciones estructurales de la Argentina. Para lograr acuerdos se debe entender que la política es la actividad más lejana a la comodidad. Gran parte del problema de nuestro gobierno fue buscar la comodidad. Buscarla es muy nocivo para la política, los dirigentes deben exigirse estar en situación permanente de incomodidad. Pensar que piensa el otro, ponerse en sus zapatos. Teniendo mucha paciencia para escuchar más de lo que hablamos y gritar lo menos posible. Bastante distinto a lo que ocurre habitualmente en la política argentina. En general la comodidad también se encuentra en los extremos, que son los más ruidosos pero lo menos numerosos, en el centro esta el grueso de la sociedad. En los extremos uno esta cómodo allí nadie pide explicaciones, por lo general aplauden cualquier cosa que uno haga, sobre todo si agrede al del otro extremo. Lo peor que nos puede pasar ahora es lo  que se está viendo, que es una posición extrema del oficialismo y además tenga como correlato un espejo en la oposición de las misma índole, Que a la oposición también la conduzcan los extremos, porque si esto es así la posibilidad de los acuerdos se hace cada vez más lejana. Lo importante es que estén todos, pero la conducción del proceso en ambas coaliciones sea desde el centro, desde la moderación, desde el respeto», reflexionó el ex ministro del Interior.

Economía

«Lo primero que debemos determinar es que rol debe tener el Estado. Terminar con el Estado estorbo para transformarlo en impulsor del desarrollo. Respaldado en los sectores competitivos y con más ventajas comparativas, para que luego tracione al resto de la economía. En los temas centrales del país no existen grandes discusiones, el problema es ¿cómo hacerlo?,  y allí debemos sincerarnos porque es donde comienzan los conflictos. La política debe responder a una pregunta, que desde hace años viene escapando y es en definitiva un compromiso con la sociedad. Una pregunta muy simple: ¿qué partidas presupuestarias no son indispensables? y es clave, porque es la madre de todos los problemas; de la inflación, de la presión impositiva que ahoga al sector privado y al emprendedurismo, es la madre de la incapacidad de lograr financiamiento barato. Solucionarlo permitirá pasar a un estado impulsor del desarrollo que es algo muy distinto al estado empresario. El estado que fija prioridades, que establece un norte, que determina sectores a impulsar, que fije una política de desarrollo. No hay que tenerle miedo, es necesario salir del estado bobo que tenemos actualmente», argumentó Frigerio.

Líderes políticos

«Creo que hay espacio para ser optimista.Es un cambio generacional natural. De mi generación para abajo tenemos la ventaja de no llevar en la mochila tanto resentimiento, tanto enfrentamiento, el hecho de no haber vivido los años duros y oscuros de la dictadura, de allí es muy difícil volver o superarlos para llegar a los acuerdos que necesitamos. Sin ese lastre la posibilidad de consensos es más cercana. Esta es la razón de mi esperanza, tienen más facilidad para el diálogo sin tantos perjuicios. A pesar del deterioro que se percibe de la dirigencia en los últimos tiempos, soy optimista. Hasta que no resolvamos los problemas de la argentina la credibilidad de la sociedad en la clase política va a ser muy baja. Hasta que no logremos sacrificar parte de los que cada uno cree que es su capital político en pos de las reformas que todo el mundo sabe que deben hacerse y nunca se realizaron, va a ser muy difícil recuperar la credibilidad. No soy tan optimista en ese sentido. Creo que es un error también generar demasiadas expectativas. El gobierno anterior se equivocó en poner la vara muy alta, en generar expectativas que terminan siendo  casi una fantasía frente la realidad. Hay que ser muy medidos muy prudentes y fijarse metas posibles de concretar en el corto, mediano y largo plazo, concretarlas, llegar a esos acuerdos y en base a los resultados recuperar la confianza de la sociedad», sentenció el ex ministro nacional.

Conclusiones

«El Estado se volvió un lastre para la sociedad argentina. Generó los males que después devienen en pobreza, en inflación, en la incapacidad de crecer. El Estado obstruye el desarrollo económico y en consecuencia genera pobres y desempleo. Lo que nos pasa no tienen que ver con nuestros génes, ni con nuestra supuesta incapacidad para producir. Todo lo contrario. Tenemos un problema enorme de representatividad, que ocurre en todo el mundo pero en la argentina es mas grave y en todos los ordenes de la vida publica. Y en consecuencia termina tomando decisiones los que no deberían. Y la sociedad termina mirado eso de una forma casi pasiva y acostumbrándose a esta situación. Hasta que llega una generación que se hace cargo de terminar con este circulo vicioso de la política argentina y comienza a cambiar. Ojala se nuestra generación, pero alguien lo tiene que hacer», finalizó Frigerio.

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