Majdalani rechazó imputación por espionaje ilegal

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Silvia Majdalani, quien fuera subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el gobierno de Mauricio Macri, negó hoy haber ordenado o participado de maniobras de espionaje ilegal en 2018 contra la entonces senadora y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner e intenta apartar a la fiscal del caso, a quien acusa de haber perdido la objetividad.

La ex «señora 8», como se conoce en el mundo de los espías al número dos de la AFI, prestó declaración indagatoria ante el juez Juan Pablo Auge en el marco de la causa en la que se investigan maniobras de inteligencia ilegal sobre la ex presidenta y el Instituto Patria, que funcionaba por entonces como base política del kirchnerismo.

La indagatoria -principal acto de defensa de cualquier imputado- duró unas 4 horas y la mayor parte del tiempo estuvo dedicada a la lectura de la imputación.

Fuentes judiciales aseguraron que Majdalani «negó haber ordenado tareas de espionaje ilegal», no respondió preguntas y justificó la presencia de autos de la AFI frente a inmuebles que frecuentaba la actual vicepresidenta al señalar que fueron dispuestos en el marco de «un expediente judicial en el que se investigaban posibles atentados terroristas en la Argentina».

Majdalani pidió también que sea apartada la fiscal Cecilia Incardona -que interviene en la causa junto a su colega Santiago Eyherabide- por «temor de parcialidad», y recordó que la presencia de un auto de la AFI frente a la sede del Instituto Patria ya había sido investigada en Comodoro Py por el juez Marcelo Martínez de Giorgi, quien es su momento le dispensó un pronto sobreseimiento.

En la causa radicada en Lomas de Zamora, sin embargo, los fiscales reunieron elementos de prueba que les permitieron inferir que la investigación judicial de supuestos atentados terroristas en la Argentina en el marco de la cumbre del G20 celebrada en Buenos Aires en 2018 -que tuvo el juez Federico Villena, también de Lomas de Zamora- funcionó como paraguas legal para que se despegaran las maniobras de espionaje.

Testigos de identidad reservada que declararon en el expediente sostuvieron, además, que el jefe operativo de las tareas realizadas sobre ambos inmuebles, Alan Ruiz, no les reclamaba actividades de «vigilancia perimetral» como él declaró en el expediente, sino que les pedía que estuvieran atentos al posible ingreso o egreso de supuestos bolsos con dinero, siempre supuestamente a pedido de Majdalani.

Majdalani arribó a las 9 al juzgado federal 2 a cargo de Juan Pablo Auge y antes de ingresar adelantó que «después» tomaría contacto con los periodistas que se acercaron hasta allí para cubrir el acto procesal, pero a las 13, al retirarse, la exnúmero dos de la AFI se limitó a decir a la prensa que había declarado «lo que tenía que declarar».

Entre los argumentos para apartar a la fiscal Incardona, la defensa de Majdalani aludió a una posible pérdida de imparcialidad para actuar en la investigación y recordó que los presuntos hechos de espionaje ilegal habrían ocurrido en el marco de una investigación de la que la fiscal participó y no los habría denunciado en su momento.

Fuentes del entorno de la ex subdirectora de la AFI dejaron trascender que esperará a que se resuelva la cuestión de competencia planteada en el expediente -ella sostiene que debe investigarse en Capital Federal- y la recusación a la fiscal, para luego sí responder preguntas de los investigadores y referirse públicamente al tema.

Al ordenar las citaciones de Majdalani y el ex titular de la AFI, Gustavo Arribas (convocado para mañana), el juez Auge sostuvo que ambos habrían tenido responsabilidad en el espionaje ilegal que hicieron ex agentes, entre ellos el ya procesado Ruiz, mediante «vigilancias, observaciones», almacenamiento de datos, generación de informes sobre personas «por el solo hecho de su pertenencia político partidario, social, sindical y/o cultural», según la resolución.

En concreto, sobre Majdalani y Arribas el magistrado sostuvo que ambos firmaron una nota desde la AFI para ser entregada a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Control y Actividades de Inteligencia del Congreso, en la que negaron la existencia de espionaje ilegal alguno, el 9 de agosto de 2018.

La acusación a Majdalani gira en torno a su presunto «vínculo directo» con el ya procesado Ruiz, dado que varios de los ex espías investigados y aquellos que declararon en calidad de testigos de identidad reservada repitieron que entre ellos no había intermediarios y el entones jefe de operaciones especiales recibía órdenes directas de la subdirectora de la central de espías a quien, además, reportaba adelantos de la inteligencia producida.

«En esos momentos las ordenes o la información circulaba sin respetar la cadena de mando»; «que yo sepa Alan reportaba a ella» (en alusión a Majdalani), porque no respetaba a nadie de los que estaban más arriba que él, claramente era su mano derecha», fueron algunas de las definiciones de los testigos de identidad reservada que declararon en expediente, según pudo reconstruir Telám.

La exfuncionaria habría tenido «conocimiento actualizado y periódico sobre los avances de esos espionajes ilegales nutridos de los resultados de las vigilancias y observaciones», imputó el juez al remarcar que los informes «eran remitidos al equipo de Alan Ruiz y posteriormente éste se los elevaba a Majdalani».

Sobre ese agente, Majdalani dijo que «ocupaba un rango muy por debajo del suyo y, por lo tanto, fuera de su control», con lo que buscó desmentir las versiones que la ubican como su mando derecha o su agente predilecto dentro del organismo, precisaron los voceros. (TELAM)

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