Carlos Pellegrini y el bono patriotico

En junio de 1890 el gobierno conservador de Miguel Juárez Celman, conspicuo miembro del Partido Nacional y concuñado de Julio Argentino Roca, entró en cesación de pagos de la deuda externa que mantenía con la casa Baring Brothers, que al pretender ser pagada con aumento de impuestos a la población provocó una serie de enfrentamientos que estallaron en Buenos Aires el 26 de julio de 1890 con la Revolución del Parque, dirigida por un amplio frente opositor encabezada por una Junta Revolucionaria que estaba presidida por Leandro N. Alem.
Finalmente la revolución fue derrotada, pero Juárez Celman debió renunciar. “La Revolución ha sido derrotada, pero el gobierno está muerto.» la frase del senador Pizarro da fiel cuenta de lo sucedido. Abandonado por los hombres fuertes del PAN, Juárez Celman presentó su renuncia, asumiendo su vice, Carlos Pellegrini, con el respaldo del mismo Julio A. Roca y de Mitre, que pusieron así un límite institucional a los efectos de la revolución, y paralelamente dieron cauce a la primera división de la Unión Cívica, que maduró en dos sectores: los nacionales, encabezados por Mitre, y los radicales, liderados por Alem.
La deuda pública y los déficit presupuestarios que se retroalimentaban se hicieron insostenibles. Pero ese endeudamiento que financió la matanza y expulsión de los indios, la guerra contra el Paraguay, y también la creación de los ferrocarriles (con su particular diagramación de extenderse como una mano sobre nuestras pampas y con terminal y salida en el puerto de Buenos Aires) y la obra pública, permitió la creación de grandes estancias y una estructura social que crujió con la deuda pública y la Revolución del Parque.
Mientras, bancos importantes se declararon en quiebra, los valores de los bonos gubernamentales, títulos y acciones de numerosas empresas declinaron bruscamente y ascendió en el país el valor del oro (el valor del peso se devaluó).
Pellegrini, representante de los sectores más poderosos de la gran burguesía (creó la Unión Industrial Argentina) y aliado de la oligarquía financiera, asumió una política económica proteccionista considerando que la materia prima y la producción nacional debían tener un mercado consumidor dentro del país.
Pero paralelamente debía refinanciar la deuda impaga y es entonces que en plena crisis de 1890, el 6 de agosto, tras la renuncia de Juárez Celman, se reúne con lo más graneado de los estancieros y de banqueros nacionales. Pellegrini tomó la palabra y dijo:
“La Constitución acaba de hacerme Presidente, pero la ruina que amenaza al país me prohibiría aceptar el puesto, si no fuera capaz de evitarla, en cuyo caso el patriotismo me aconsejaría dejar el lugar a otros. Necesitamos de ocho a diez millones de pesos para pagar en Londres, el 15 del corriente mes, es decir de aquí a 9 días, el servicio de la deuda externa y la garantía de los ferrocarriles: En el Banco Nacional no tenemos nada: si no pagamos, seremos inscriptos en el libro negro de las naciones insolventes. Solo la ayuda de todos los que están en condiciones puede salvarnos: ¡reclamo de ustedes esa ayuda en nombre de la patria! Se trata de una contribución inmediata y reservada. Aquí en este pliego, he proyectado las bases de un empréstito interno”.
Los circunstantes fueron leyendo por pequeños grupos y anotando lo que aportaban. Un rato después volvió a la sala Carlos Pellegrini y haciendo la suma se irguió exclamando: “Dieciséis millones de pesos (el doble de lo pedido), ahora sí soy Presidente”. Escrito por el Diputado Juan Balestra, citado por Norberto Galasso en su libro “De la banca Baring al FMI: historia de la deuda externa argentina” Ediciones Colihue SRL, páginas 78 a 80.
LA PROPUESTA
Se debe contar con un aporte solidario de los sectores más ricos de esta sociedad, que son los que fugaron la mayor parte de los 86.200 millones de dólares comprados en los cuatro años de gestión de Cambiemos y que identificamos básicamente con los sectores fuertemente beneficiados por el macrismo (bancos, energéticos, servicios públicos privatizados, Ternium y Tenaris, telefónicas y comunicaciones y, los grandes productores, acopiadores y comercializadores del campo), para que en lo inmediato se les coloque un Bono de Ahorro Forzoso a cinco años, con la opción que si el Estado lo decide se renueve por otros cinco años más.
LAS MENTIRAS DE ALBERTO FERNÁNDEZ
El Ministerio de Economía eligió la propuesta de contratación de Lazard, como asesor financiero. Y los dos agentes colocadores serán Bank of America y HSBC.
“Nunca más a decisiones que se toman con ínfulas tecnocráticas de la noche a la mañana y de espaldas al pueblo, nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el endeudamiento y se fugan dejando tierra arrasada su paso”.(Discurso de la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación el 1 de marzo 2019)
El presidente informó que el Banco Central está abocado a una “pormenorizada” investigación del proceso de endeudamiento de los últimos años, en qué se utilizaron los fondos y cuáles fueron sus beneficiarios. Al respecto, el primer mandatario mencionó en diferentes oportunidades los conceptos de “fuga de capitales” y “especulación financiera” como sinónimos, en un contexto en el que los emparentó, aunque sin usar esas palabras, con los negocios personales y la corrupción.
En cuanto a las negociaciones con el FMI, expresó: “Con las autoridades del Fondo Monetario Internacional venimos trabajando en forma constructiva. Han reconocido lo profundamente grave que es la situación económica. Hay un creciente entendimiento mutuo en una crisis en la cual todas las responsabilidades son compartidas por el gobierno que presidió al nuestro, por los bonistas y por el mismo Fondo.”
Agregó: “Necesitamos un acuerdo que le permita a Argentina ponerse de pie y no volver a caer. Eso es innegociable, si queremos superar para siempre los ciclos de sobreendeudamiento. Debemos tomar compromisos que se puedan cumplir. Esa premisa será la base de las ofertas que le haremos a los acreedores en las próximas semanas.”
Debemos enfrentar una deuda pública récord en monto y concentración temporal de vencimientos. Sólo en el 2020los vencimientos de capital representan el equivalente a 48.968 millones de dólares. A ello deberíamos adicionarle 14.838 millones de dólares en concepto de intereses de esa deuda. Total: 63.806 millones de dólares.