Coronavirus: la necesidad de olvidar y el deber de recordar
por Dr. Enrique Casanueva
*Docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral
Médico consultor del Servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral
El pasado reciente nos envolvió en una serie de medidas extraordinarias, como el aislamiento social preventivo y obligatorio para hacer frente al Covid 19, en noticias erróneas sobre el coronavirus, en teorías conspirativas sobre las consecuencias y las vacunas, en hospitales desbordados y en más de 130 mil muertes en la Argentina.
Todo esto nos llevó a tener sentimientos perturbadores y de inseguridad. En ese contexto, el olvido nos permitió desarrollar estrategias para modificar o eliminar las experiencias traumáticas. El olvido es necesario, pero debemos lograr un equilibrio con el recuerdo, para poder tomar decisiones que protejan nuestra salud y la de nuestro entorno.
Actualmente, tanto la atención sobre el coronavirus como la sensación de amenaza han disminuido, junto con el cumplimiento de las recomendaciones de salud pública. A esto se suma que el comportamiento humano está fuertemente influenciado por normas sociales profundamente arraigadas, que no son fáciles de modificar. En la Argentina, abrazos, besos y el compartir el mate son prácticas frecuentes.
Convivimos también con otros virus respiratorios (gripe, sincicial respiratorio, adenovirus, etc.) que continúan afectándonos todos los años y, para algunas personas, de acuerdo a la edad o las condiciones clínicas, pueden ser muy peligrosos.
Los seres humanos somos los principales transmisores de estas infecciones, pero también tenemos la posibilidad de reducir los contagios. “Recordar”, entonces, nos ayuda a ver en perspectiva el presente y decidir las conductas preventivas en cada momento.
El boletín epidemiológico nacional de la semana del 20 al 26 de agosto muestra un ascenso en el número de detecciones positivas para el SARS CoV-2 con respecto a la semana anterior, lo cual indica mayor actividad del virus y mayor riesgo de contagio. Algunas medidas de prevención que no deberíamos abandonar incluyen el lavado de manos, mejorar la ventilación y pasar tiempo al aire libre, quedarse en casa si tengo Covid 19 confirmado o presunto y, por supuesto, mantenerme al día con las vacunas para Covid 19, utilizando las que cubren las nuevas variantes.
El Ministerio de Salud de la Nación actualmente recomienda que todas las personas a partir de los 6 meses de edad cuenten con el esquema primario y al menos un refuerzo aplicado en los últimos 6 meses, y continúen con la periodicidad de acuerdo a cada situación individual. Son personas consideradas de alto riesgo con posibilidad de contraer enfermedad grave las mayores de 50 años, las personas con inmunocopromiso y las personas gestantes. Deben recibir dosis de refuerzo a los 6 meses de la última dosis (independientemente del número de refuerzos) y continuar con esta periodicidad. Son personas de riesgo intermedio de enfermedad grave las menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas y obesidad) y el personal de salud y estratégico. Se recomienda para ellas hacer una dosis de refuerzo a los 6 meses de la última dosis y continuar con un refuerzo anual. Por último, tienen bajo riesgo de enfermedad grave los menores de 50 años sin comorbilidades y requieren un refuerzo anual.
Las infecciones respiratorias son muy frecuentes en todas las edades de la vida. La medida preventiva más efectiva es la vacunación y debemos considerar además del Covid 19, a la vacuna antigripal, neumocócica, pertussis y la vacuna contra virus sincicial respiratorio, aprobada recientemente para mujeres embarazadas y adultos a partir de los 60 años. Sólo de esta manera lograremos una mayor protección personal y nos convertiremos en escudos que impedirán que las epidemias progresen. (TELAM)