El Peronismo no es bicéfalo

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por Néstor Luna

Como si se tratara de una alquimia difícil de desterrar, el peronismo tucumano nuevamente disputa el liderazgo. Padecieron la ausencia de síntesis, demasiados caudillos comarcanos y también nacionales. Los ejemplos más recientes pueden ser Eduardo Duhalde con Néstor Kirchner y Julio Miranda con José Alperovich. Hoy hay nombres repetidos pero en diferente posición. Hoy los otrora “delfines” se transformaron en “Frankenstein” que padecen sus creaciones.

En las últimas horas Alperovich abandonó las redes sociales para comunicar nuevamente a través de los medios tradicionales. Eligió una radio de la ciudad de las empanadas, cercana al dirigente camporista Jesús Salim, para enviar mensajes de ruptura. Y luego casi inmediatamente replicó su aceitado discurso en La Gaceta. Básicamente asimiló la desazón de las pintadas en la geografía provincial donde su nombre no aparece como el protagonista en paredes y pasacalles.

Alperovich decidió elegir su enemigo: Osvaldo Jaldo. El mismo que juró en la banca a diputados que luego abandono, “por el mejor gobernador de la historia”, al que también abandono en el último tiempo.

Alperovich sabe íntimamente que ni el limonchello de Sorrento podrá hacer pasar el mal trago al viajante Juan Manzur, que a su regreso deberá elegir una trinchera. Pero como toda batalla, para que se transforme en guerra, necesita de ejército y generales. Hoy los bandos prueban fidelidad y piden se juramenten pactos con vistas a 2019.

Sucede que Alperovich y Jaldo saben que la balanza la desequilibra Manzur. Su lapicera definirá el futuro y también el destino de la lucha que puede derramar tinta o sangre, ceros o votos…

Un estudio cuantitativo (ver ficha técnica) recientemente realizado por Quórum Consultores Asociados muestra un empate técnico en la preferencia del electorado entre el actual gobernador, el vice y el ex. Como así también una cierta paridad en el rechazo de la sociedad. Un “Nada Probable” que demuestra que una opción superadora podría aspirar a un triunfo, más si se tiene en cuenta las amenazas de división.

Queda mucho tiempo y los tiempos se aceleran. Como si la angustia mundialista habría multiplicado la ansiedad de las definiciones. Es difícil comprar futuro para los tucumanos y argentinos que ven desplomarse su economía cotidiana con impericias elocuentes de los funcionarios nacionales. El microclima político se encuentra en ebullición. Cada quién especula con alternativas de trincheras que no tienen diferencias conceptuales ni ideológicas, solo varían los nombres de los que pretenden encabezar las boletas.

Alperovich y Jaldo son las grieta comarcana en el oficialismo. Y como decía Matías Martín en su programa Fugitivos, hoy en el peronismo resuena la misma pregunta multiplicándose: ¿Y vos de qué lado estás?…

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