Juntos por el Cambio: La UCR y la Coalición Cívica le ponen un freno a Milei
Con el objetivo de acaparar votos liberales en la provincia de Buenos Aires, el radicalismo y la Coalición Cívica (CC) aceptan el desafío de incorporar al economista liberal José Luis Espert a Juntos por el Cambio (JxC), pero se niegan a avalar una posible alianza a nivel nacional con Javier Milei, a quien consideran un «desquiciado», y advierten que su arribo derivaría en la ruptura de la coalición opositora.
JxC tuvo esta semana uno de los mayores momentos de tensión desde su fundación, luego de que Milei le propusiera a la titular del PRO en uso licencia, Patricia Bullrich, «crear un partido» e ir a «una interna» por fuera de la coalición.
«Soy de JxC, punto final», respondió Bullrich después de participar de un foro en Llao Llao, Bariloche.
Esta decisión de la dirigente de los «halcones», que es el ala más dura del PRO, le puso fin -por el momento- a la especulación sobre un posible acercamiento con con Milei, pero dejó un antecedente al interior de JxC: la dirigente tendrá que lidiar con la UCR y la CC, que se presentan públicamente como un dique de contención ante una posible derechización de la alianza.
«Viene bien que Patricia haya aclarado esa situación porque el radicalismo no tiene que ver nada con eso», declaró el gobernador de Jujuy y titular de la UCR, Gerardo Morales, luego de una reunión de la Mesa Directiva del Comité Nacional del partido.
Al terminar ese encuentro, la UCR institucionalizó por primera vez con un documento su posición sobre Milei, sin mencionarlo pero sí haciendo haciendo alusión a él con palabras como «desquiciado», un leitmotiv de Morales al hablar del diputado de La Libertad Avanza.
«Es que en medio de las crisis aparecen los desquiciados, los extremistas que prometen dolarizar para licuar los salarios, que sostienen que los órganos pueden comercializarse como un paquete de azúcar, que creen que la solución a la inseguridad es montar una guerra cotidiana en donde los ciudadanos anden armados», remarcó el documento emitido por el partido.
Con distintos tonos, gran parte de los dirigentes radicales -el senador Martín Lousteau, el diputado Facundo Manes y la vicepresidenta del partido, María Luisa Storani- reiteraron públicamente su distancia con el libertario, quien ayer propuso un sistema de «vouchers» para la educación pública y así eliminar la obligatoriedad del sistema educativo, uno de los baluartes de la UCR.
Sucede lo mismo por el lado de la CC: el presidente de ese partido, Maximiliano Ferraro, fue uno de los primeros en responder los ataques de Milei a la dirigente Elisa Carrió.
Luego de que Milei tildara a Carrió de «traidora y arrastrada», Ferraro lo trató en Twitter de «violento, vulgar y un advenedizo cuyo único objetivo es romper JxC».
El cruce se dio un día después de que Carrió afirmara, en declaraciones a La Nación+, que el expresidente Mauricio Macri «no quiere estar con el radicalismo ni con la CC» sino que «quiere estar con Milei».
Más allá de las declaraciones públicas, fuentes cercanas a la CC indicaron a Télam que «es taxativa» la posición de «varios dirigentes» del partido en rechazo del diputado liberal.
Sin embargo, hay un actor del liberalismo al que las dirigencias de la UCR y la CC sí ven buenos ojos: Espert.
«Milei es un desquiciado, Espert no, tiene un pensamiento liberal que en algunas cuestiones podemos compartir o no pero es un dirigente responsable, no es un salto al vacío», dijo Morales al ser consultado por Télam sobre las diferencias entre esas dos figuras que representan a los sectores denominados libertarios, y que hasta hace pocos meses se mostraban juntos.
Sobre su posible arribo a la coalición, el jujeño señaló que «es verdad» el avance de conversaciones y que «hay voluntad de su fuerza política de participar en JxC, lo que a nosotros no nos parece mal».
En diciembre del 2021 -cuando mantenía fuertes críticas a todo el arco político, incluido PRO, UCR y CC-, Espert logró una banca como diputado al conseguir el 7,48% de los votos con su partido Avanza Libertad, y pudo consagrarse así como la tercera fuerza en la provincia de Buenos Aires, detrás de JxC y el Frente de Todos (FdT).
Su caudal de votos en territorio bonaerense, donde no existe el balotaje y los comicios se definen por la mínima diferencia, puede ser determinante para que JxC le arrebate la reelección al actual gobernador Axel Kicillof.
«Con todo gusto sería ministro de Economía, gobernador o Presidente», indicó esta semana Espert en diálogo con radio 990, ampliando el menú de opciones de un acuerdo «que sea político, no sólo electoral».
Si bien el arribo del economista que pide «cárcel o bala» para dirigentes sociales que protestan en las calles reúne consenso en los dirigentes de mayor rango de la coalición opositora, también hay voces en contra.
Una figura de peso al interior de la UCR dijo a Télam que se inclinará «absolutamente» por la negativa de la llegada a JxC del liberalismo representado por Espert.
Consultado al respecto, el politólogo radical Luis Tonelli lo calificó como «un personaje menor» a quien «lo impulsan algunos sectores», y que «en todo caso es para atender a un sector del electorado».
«Si ingresa no va a definir ni la política de derechos humanos ni la política económica de JxC en la provincia de Buenos Aires», explicó.
Tonelli consideró además que la UCR tiene «rechazo» a la figura de Milei porque se trata de «un liderazgo mesiánico» que presenta «pseudo propuestas dedicadas a provocar».
«No hay país en el mundo que las haya implementado», remarcó Tonelli sobre las premisas del líder libertario, entre las que se encuentra la dolarización de la economía y el cierre del Banco Central.
Además, subrayó que su irrupción en la escena política es «más parecida» a la de la actriz porno Cicciolina -que llegó a ser diputada en la Italia de los ’80- que al de la dirigente de ultraderecha francesa Marie Le Pen.
«Si Sergio Massa era la ‘gran avenida del centro’, Milei representa la ‘highway to hell'», ironizó Tonelli.
Superado el «factor Milei» aún resta saber si la decisión en torno a Espert traerá a la coalición opositora, además de un posible nuevo nombre como «Juntos por el Cambio y la Libertad», un caudal de votos libertarios y, como contrapartida, una mayor derechización de su agenda política.