Leyendas santiagueñas, un mundo que fascina y atrapa a escritores y estudiantes

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Roberto Chevalier incorporó las leyendas «La Telesita» y «El Kakuy» en sus novelas para que los alumnos de las escuelas que trabajan con su obra tengan contacto con esas tradiciones provinciales.

Las tradiciones santiagueñas entranm a las aulas. Foto: Emilio Rapetti.

La cultura, la tradición y el arte santiagueño son fuentes inagotables de expresiones, investigaciones, estudios y entretenimiento no sólo en el territorio de esta provincia del norte argentino, sino también en el mundo.

Y así, sus leyendas han trascendido los límites, pero también son materia de estudio, trabajo, comprensión en alumnos de diferentes niveles educativos de Santiago del Estero; y un joven escritor, Roberto Chevalier, es quien impulsa «atraer» a los niños y adolescentes a la literatura a través de sus novelas en base de las leyendas «La Telesita» y «El Kakuy».

«Cuando uno piensa en mi provincia, evoca leyendas como ´La Telesita´ y ´El Kakuy´. ¿Quién no ha escuchado las chacareras que tanto las mencionan?», se pregunta Chevalier en diálogo con Télam. Y en ese sentido dice que su «mayor éxito hasta el momento fue ´Telésfora´, porque además me convertí en el autor que escribió la primera novela de La Telesita».

Además, este joven bandeño de 27 años escribió la novela «Kakuy» que «fue presentada este año, tratando temáticas como el racismo, el medio ambiente, el rol de la mujer y los pueblos originarios, y que fue declarada de Interés Cultural, además de haberme llevado a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (2022)».

Estas novelas de las leyendas más icónicas de Santiago del Estero son material de estudio en las escuelas santiagueñas, tales es así que muchas veces el escritor es invitado a compartir una charla con los niños y adolescentes sobre estas obras literarias, que no sólo son leídas por los chicos y chicas, sino que también en base a ellas avanzan hacia otros temas de cuidado del medio ambiente, en situaciones problemáticas en áreas de matemáticas, en la historia santiagueña, entre otras.

«Santiago del Estero no sólo es la Madre de Ciudades en la República Argentina, es fuente de una riquísima cultura e historia, y eso es lo que quiero compartir», enfatiza Chevalier.

El joven escritor es también un estudiante de ingeniería en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, pero su gran pasión es la literatura, tal es así que se describe como un apasionado del arte y la investigación histórica y genealógica.

Días pasados estuvo compartiendo con alumnos y alumnas del Instituto Nuestra Señora de Lourdes, en la ciudad de La Banda, un espacio de intercambio de ideas, pensamientos y reflexiones de las novelas «Kakuy: la maldición de los hermanos» y «Telésfora, no entrarás en el bosque».

«Jamás imaginé que experimentaría el placer de que un libro de mi autoría sea trabajado en escuelas», remarca el escritor, quien ya desde 2015, cuando salió publicada su novela «Telésfora» -tenía por entonces 20 años-, acude a las instituciones educativas santiagueñas para dialogar con los estudiantes sobre sus novelas.

«Con estas novelas he querido tratar de darle una nueva vuelta para atraer a los jóvenes, que mi literatura sea apta para todo público, ya que uno tiene la oportunidad de llevar su palabra a través de la escritura y dejar un buen mensaje y para eso qué mejor que las leyendas», sostiene.

«Este tipo de lecturas nos brindan la posibilidad de reflexionar no sólo sobre historia, sino de nuestra vida cotidiana», dice José Cortazo, estudiante de quinto año de la Secundaria, del Instituto Nuestra Señora de Lourdes, en donde el escritor Chevalier compartió una jornada de «Maratón de Lectura».

«Estas maratones están buenas porque salen de lo común, no es solo estar sentado con las clases de siempre, es lindo compartir con escritores porque podemos aprender un poco más y también conocer cómo hacen ellos para escribir», expresa José.

Por su parte, la estudiante de tercer año de la Secundaria del mismo colegio, Adriana Vargas, se muestra entusiasmada con esta jornada porque «salimos de lo habitual, de lo mismo de todos los días, y con este tipo de actividades extra estamos aprendiendo cosas nuevas, como también ideas y opiniones nuevas».

Con estas leyendas, según reflexiona Adriana, «nos ayuda a entender que nuestros antepasados son muy importantes en cada uno de nosotros, que tenemos que concientizar sobre eso, e interesarnos más sobre ese aspecto».

Roberto Chevalier visita las escuelas y habla sobre las leyendas que dan origen a su obra Foto Emilio Rapetti
Roberto Chevalier visita las escuelas y habla sobre las leyendas que dan origen a su obra. Foto: Emilio Rapetti.

Indagar y escuchar es una forma que «me incentiva a leer e investigar» ya que «escuchar a este joven escritor que se deja llevar por lo que más ama, sin dudas nos da ganas de seguir con estas actividades porque es una experiencia nueva y enriquecedora», sostiene Adriana, para quien «los jóvenes deberíamos ir por ese camino, avanzar y hacer lo que amamos».

Una de las docentes que impulsó estas actividades es Amalia Fragelli, quien manifiesta que al trabajar con estas novelas y microrrelatos los alumnos y alumnas «se han sentido fascinados y encantados».

«Al trabajar con las novelas del Kakuy y Télesfora para ver mitos y leyendas, los personajes que aparecen ahí nos parecían súper llamativos, con un entorno diferente a lo que venían planteando otros autores», comenta a esta agencia.

Luego del trabajo en clase, «queríamos disfrutar esta visita (por el autor Chevalier) porque nos ofrecía otro tipo de material bibliográfico, no era la típica respuesta ante un material como el que ya viene divulgándose, porque se presenta otro regionalismo del concepto que se tiene de la literatura», sostiene Fragelli.

«Cuando uno piensa en Santiago del Estero se le viene a la memoria el Kakuy, la Telesita, todas las cuestiones típicas, es algo que está muy por dentro de nosotros, en nuestros orígenes, en lo que nos han contado de generación en generación, creo que es inevitable y por inercia nos sentimos atraídos por esto», manifiesta Roberto Chevalier.

«Y ahora que sea una herramienta para los más pequeños y jóvenes es un gran placer, porque observar que no sólo adolescentes sino también niños del nivel primario hayan leído entero el libro es impresionante y es una linda forma de atraerlos a la historia y literatura», considera.

A la vez, expresa que «cuando uno ve de otra manera a la historia, por ejemplo a través de la literatura, las cuestiones cambian un poco, los chicos se sienten familiarizados y los que son de otras provincias y no conocen nuestras leyendas, mitos e historias también les resulta atractivo porque les parece algo exótico y raro».

«Santiago del Estero de por sí es exótico, en el buen sentido de la palabra, se habla de un crisol de razas, una influencia tan marcada de los pueblos nativos que se han mezclado con los inmigrantes, especialmente los españoles», puntualiza.

«Y en todo eso pongo mucho énfasis en mis escritos, que quizás ahora se está tomando más conciencia, por lo cual muchos autores le están dando luz al pasado negro, al pasado afro de nuestro país», indica.

«En la época colonial, más de (la población de) Santiago del Estero era afro y no es que hayan desaparecido, siguen en nuestra sangre, se mezclaron con el español o el criollo, pero sigue estando en nosotros», destaca.

«Y todo eso ha tenido muchas consecuencias, como nuestra forma de hablar, nuestras costumbres, en la literatura, así que la influencia es increíble y esas son cuestiones que me gusta rescatar, y eso comparto también con los chicos, que quizás por ahí no lo saben, o no lo tienen en cuenta o nunca escucharon», reflexiona.

«Muchos, a lo mejor, piensan en los apellidos, tengo un apellido español, mis ancestros son españoles; y resulta que tenemos la piel morena, los ojos rasgados o quizás no, pero no pensamos que hubo ancestros que fueron de los pueblos nativos, bautizados con nombres españoles, pero no es que venimos de España directo, sino que hay una mezcla importante y somos parte de eso: Somos descendientes de oprimidos y opresores también».

«Son cuestiones que tenemos que tener en cuenta y a esta altura no se trata de odios, porque somos descendientes del conquistador y de los pueblos originarios, somos una mezcla», indica. (TELAM)

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