Palermo: Explosión, gritos, desesperación un muerto y varios heridos
Minutos después de la explosión de una cámara eléctrica ubicada en la puerta de un comercio del barrio porteño de Palermo, vecinos de la zona y personas que pasaban por el lugar relataron cómo fueron los momentos más críticos. El hecho dejó como saldo al menos un muerto y dos operarios heridos.
Un hombre murió y otro resultó herido tras una explosión en pleno barrio de Palermo en Charcas y Aráoz, según confirmó el gobierno de la ciudad. El problema se originó en una cámara subterránea de la empresa Edenor.
Según pudo saber LA NACION, el fallecido tenía 25 años y trabajaba junto a otras tres personas realizando tareas de impermeabilización de la cámara. La explosión ocurrió entre las 11.15 y las 11.30 de la mañana, cuando tres de los operarios se encontraban abajo.
El operario fallecido, que aún no ha sido identificado, recibió una descarga de 13.200 voltios y murió instantáneamente.
Por su parte, el titular del SAME, Alberto Crescenti, confirmó a LA NACION que atendieron a dos operarios, de 45 y 43 años, que ya están fuera de peligro.
En tanto, la manzana en donde ocurrió el siniestro permanece sin suministro eléctrico.
TESTIMONIOS DEL MOMENTO
Brenda, una de las testigos de la explosión, contó en diálogo con TN: «Iba caminando por la calle, de repente escucho una explosión y veo que un hombre gritaba que rescaten a dos operarios. Hay compañeros de él debajo de los escombros, nadie podía ingresar».
«El obrero estaba desesperado, lloraba, gritaba. La gente quería ayudar y no podía. El hombre estaba bien pero sus compañeros quedaron adentro», agregó.
Otro de los testigos contó que apenas ocurrió la explosión se cortó la luz en la zona.
En el lugar trabajó el SAME, bomberos de la División Cuartel IV Recoleta y efectivos de la Comisaría 21.
Brenda, una de las testigos de la explosión, contó en diálogo con TN: «Iba caminando por la calle, de repente escuchó una explosión y veo que un hombre gritaba que rescaten a dos operarios. Hay compañeros de él debajo de los escombros, nadie podía ingresar».
«El obrero estaba desesperado, lloraba, gritaba. La gente quería ayudar y no podía. El hombre estaba bien pero sus compañeros quedaron adentro», agregó la mujer.