Un niño que da de comer diariamente a 100 vecinos en Oran

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El niño va a cuarto grado, es muy buen alumno y fue elegido el mejor compañero por sus pares. Desde el año pasado, con ayuda de sus padres, lleva adelante un comedor para ayudar a los que menos tienen.

 Una mañana de marzo, mientras se acercaba la fecha de su cumpleaños,la cruda realidad del hambre golpeó el corazón de un niño. Axel Torres tenía apenas ocho años pero esos pocos años le alcanzaban para darse cuenta de que algo andaba mal.

El veía como a diario eran muchas las personas que se acercaban al negocio de comida, propiedad de sus padres solo por un pedazo de pan.

Axel sentía que era un niño muy afortunado, tenía todo lo que quería, pero le dolía el alma ver tanta pobreza, por eso la tarde del cinco de marzo hizo un pedido muy especial a sus padres Kelo y Marcia, que lo ayudaran a organizar un comedor en su propia casa como regalo de cumpleaños, para tratar de aliviar las carencias de tantas familias.

“Le preguntamos qué quería para su cumpleaños número 9 y su repuesta nos sorprendió” dijo su orgulloso papa. Junto a Marcia no dudaron en cumplirle el sueño solo con la condición de que el pequeño Axel se pusiera al frente del proyecto.

Deseo cumplido

Kelo y Marcia son propietarios de un tradicional comedor familiar, conocidos por su trabajo, amabilidad, pero sobre todo por su generosidad, no sorprende que de tal palo haya salido tal astilla.

Sin duda que el hambre de los más necesitados niños, madres solas y abuelos fueron las imágenes del dolor que penetró el pequeño corazón. Algo no estaba bien, quizás esta era la forma que encontró para intentar dar respuestas a las necesidades de más de 80 niños, sin estructura burocrática, sólo siendo un puente entre quienes precisan ayuda y el que puede dársela.

Todas las tardes de lunes a viernes se puede ver una larga fila en la puerta del negocio de sus padres en calle Pueyrredón, pasadas las 19.

Son alrededor de 100 personas entre niños y adultos que se acercan con un recipiente para que Axel les sirva la vianda para la cena: “yo quiero que duerman con la panza calentita” explica este generoso niño.

“Servir la comida a la gente me hace más feliz que jugar” intenta describir esto que desborda su corazón. “Estamos muy orgullosos de nuestro hijo, es un niño muy alegre y sensible, valora cada cosa que hacemos por él, nos ve trabajar a diario a veces casi sin descanso, sin embargo nos enseña que no todo está perdido que se puede ayudar cuando uno no se ata a lo material” afirman sus padres.

Un ejemplo a seguir

Kelo sabe que la única forma de cambiar el mundo es trabajar con personas ilusionadas y Axel está convencido de que otra realidad es posible. Por ello sus padres apostaron a este trabajo solidario donde lo acompañan desde lo económico hasta con la preparación de las viandas.

La situación de la infancia en muchos barrios de Orán es desoladora, con bajos niveles de escolarización, falta de higiene y de acceso a una sanidad digna, y aunque Axel vive ajeno a esta realidad, sin su apoyo sería muy difícil cambiar las injusticias.

“Debemos educar a los niños en la tolerancia, la solidaridad y el respeto y el amor por los demás, rescatándolos del egocentrismo” aseguran Kelo y Marcia que dan cátedra de generosidad.

Este pequeño pero gran niño solidario es estudiante destacado de 4 grado del Colegio Mara del Rosario, elegido como mejor compañero del grado. Aunque muy pocos saben lo que hace en su tiempo libre, su señorita Paola Mercado es cómplice del trabajo solidario que casi en secreto realiza junto a sus padres.

Axel es un niño generoso que se hace tiempo para jugar, estudiar y ayudar a quienes más lo necesitan.

Fuente: El Tribuno.

 

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