Valparaíso: la cifra crece a 15 muertos y sospechan que el incendio fue obra humana
El ministro del Interior, Rodrigo Penailillo, informó en su último reporte del gigantesco incendio que afecta a Valparaíso, que las víctimas fatales ya llegan a 15 personas, 11.000 los damnificados, 2.500 casas quemadas y 1.140 hectáreas consumidas.
También informó que en horas de la noche solamente estaban activos dos focos de baja intensidad, ya que el viento no sopló como en los días anteriores a la hora de atardecer, pero que los brigadistas y bomberos seguían trabajando para controlarlos.
La mano del hombre podría ser la causa del voraz incendio que afecta desde hace tres días la ciudad de Valparaíso, con un saldo provisorio de 15 muertos, unas 2.100 edificaciones destruidas y más de 10.000 evacuados.
Mientras la fiscalía a cargo del caso prefirió no emitir juicios hasta reunir todos los datos, el director regional de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI) encargada de la investigación, Guillermo de la Maza, descartó la teoría de que dos aves posadas en el tendido eléctrico hubieran causado el siniestro. “Donde se origina el incendio no hay tendido eléctrico, no hay caída de cables.
Aquí hay acción humana y a eso nos abocamos. Si hubo irresponsables que hicieron uso de fuego, hay que denunciarlos“, declaró el funcionario. “Alguien tiene que pagar y para eso necesitamos la colaboración de la gente“, subrayó, apelando a los posibles testigos a declarar.
Por su parte, el jefe de Criminalística de Carabineros, Claudio Pavez, aseguró que no se descarta ninguna hipótesis como la “intencionalidad o negligencia” y sostuvo que sus hombres indagan el “uso intencional o voluntario” de acelerantes ígneos.
El incendio se inició en el sector alto de Valparaíso en la tarde del sábado y se propagó rápidamente debido a las condiciones climáticas y a la topografía de Valparaíso, una ciudad–puerto donde las casas precarias se “cuelgan” de los cerros o se construyen en innumerables quebradas, muchas veces sin permiso ni propiedad del terreno. Fueron estas “barriadas” de casetas de madera, que se van ampliando a medida que crece la familia, las más castigadas por el fuego en esta ciudad bohemia repleta de escaleras y terrazas, famosa por sus pintorescos “ascensores” (como unos pequeños tranvías que suben las laderas) y declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003 por sus tesoros culturales.
Hasta la tarde de ayer se habían reactivado unos cuatros focos de incendio de baja intensidad en sectores como Ramadita y Rocuant, donde la gente formaba cadenas humanas para llevar agua pisando un suelo caliente, que todavía echaba humo, en medio de un paisaje de ceniza y desolación.
Mientras en la sequísima Santiago se declaraba el alerta amarilla por las temperaturas superiores a los 31 grados, a pleno sol y polvo tras varios meses sin lluvia, en Valparaíso, a unos 120 kilómetros de distancia junto al mar, los 24 ó 25 grados y la sequía se combinaban con un fuerte viento que hacía muy difícil luchar contra las llamas.
El portavoz del gobierno, Alvaro Elizalde, calificó de “desolador” el cuadro en la ciudad–puerto, donde fueron evacuadas unas 10 mil personas. “Estamos viendo miles de personas que están sufriendo, que lo han perdido todo y queremos dar un mensaje claro: el gobierno no los va a dejar solos ”, declaró ayer el ministro, mientras una veintena de aeronaves (13 helicópteros, siete aviones y un avión de reconocimiento) combatían los nuevos focos del incendio.
Según el vocero, se trata de la mayor operación de combate de incendios forestales que se conozca en Chile, en la que también participarán aviones de Argentina.
Entre fuerzas armadas, policía, bomberos y personal civil, más de seis mil personas fueron movilizadas para atender esta emergencia, que según los peores pronósticos podría durar hasta veinte días. Como suele suceder tras una catástrofe (bastante frecuentes en este país sísmico) la población expresó su solidaridad en campañas de recolección de alimentos y productos de higiene en colegios y facultades.
En el puerto, donde normalmente los turistas se sacan fotos y dan una vuelta en barquito por la bahía, en vez de esperar la llegada de los cruceros se recibían las donaciones en un improvisado centro de acopio y distribución, en el que colaboraban universitarios llegados espontáneamente.
Tras reunirse ayer a primera hora con todo su gabinete, la presidenta chilena Michelle Bachelet declaró que no se van a escatimar fondos para socorrer a los damnificados por este “incendio de dimensiones”.